
Microbiota, melatonina y sueño del recién nacido: cómo están conectados
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¿Por qué algunos recién nacidos duermen plácidamente, mientras que otros sufren noches de insomnio? La ciencia sugiere que parte de la respuesta reside en dos "relojes" ocultos en el cuerpo: la melatonina , la hormona que nos indica cuándo es hora de descansar, y la microbiota intestinal , la comunidad de bacterias que configura muchos de nuestros ritmos biológicos.
En los últimos años, los investigadores han descubierto que estos dos sistemas están más conectados de lo que creíamos. Desde la melatonina presente de forma natural en la leche materna hasta la forma en que las bacterias intestinales influyen en la producción de serotonina (un precursor de la melatonina), el diálogo entre el intestino y el cerebro comienza desde los primeros meses de vida, e incluso podría explicar por qué las rutinas, la exposición a la luz y la dieta desempeñan un papel tan crucial en el sueño infantil.
Melatonina en los primeros meses: ¿de dónde proviene realmente?
Durante los primeros meses de vida, la glándula pineal del recién nacido aún no ha establecido una secreción circadiana estable de melatonina; la sincronización madura durante las semanas siguientes (más tarde en los prematuros). Como resultado, parte de la melatonina del bebé proviene del exterior: primero de la madre a través de la placenta, luego de la leche materna , que contiene más melatonina por la noche que durante el día y alcanza su máximo después de la medianoche.¹²³
Visión práctica: esto explica por qué, en los primeros meses, dos factores externos se vuelven cruciales: por un lado, la leche materna , que transmite señales cronobiológicas, y por otro, las rutinas ambientales (luz tenue, horarios regulares), que son las principales señales para entrenar progresivamente el ritmo circadiano del bebé.¹
Las revisiones sistemáticas confirman que varios componentes de la leche materna muestran una oscilación circadiana , entre ellos la melatonina y el triptófano (un precursor de la melatonina).¹ Los estudios observacionales muestran que la leche nocturna contiene más melatonina , con una acrofase alrededor de las 03:00 , y que el calostro y la leche de madres de bebés prematuros pueden tener concentraciones más altas.³
Paralelamente, se han descrito asociaciones entre la lactancia materna y una mejor eficiencia del sueño/menos cólicos , posiblemente también debido a señales cronobiológicas (marcadores como la 6-sulfatoximelatonina urinaria, aMT6s ).²
El papel (subestimado) del intestino: las células enterocromafines
El intestino contiene células especiales llamadas células enterocromafines . Estas células actúan como pequeñas "fábricas químicas": producen la mayor parte de la serotonina del cuerpo y también pueden convertirla en melatonina , la hormona que regula el sueño. De hecho, más del 90 % de la serotonina que utilizamos a diario no proviene del cerebro, sino del intestino, y la concentración de melatonina en el tracto digestivo puede ser incluso mayor que la de la sangre.
Esto significa que existe una línea directa real entre el intestino y el sueño : cuando el intestino funciona bien y la microbiota está en equilibrio, la producción de estas sustancias “favorables al descanso” funciona mejor.
Microbiota → metabolitos → serotonina → melatonina
Las bacterias que viven en nuestros intestinos producen sustancias llamadas ácidos grasos de cadena corta (AGCC) . Estos AGCC actúan como mensajeros: estimulan a las células enterocromafines a producir más serotonina . Dado que la serotonina es el punto de partida para la síntesis de melatonina , este mecanismo crea las condiciones para una mayor disponibilidad local de melatonina en el intestino.⁴ Al mismo tiempo, la microbiota y sus metabolitos tienen ritmos diurnos influenciados principalmente por la alimentación/ayuno, en un diálogo bidireccional con nuestros relojes biológicos.⁸
En resumen: las rutinas de alimentación y la calidad de la microbiota no son detalles menores: “hablan” al reloj del niño.
Los “primeros 1.000 días”: por qué son importantes para la inmunidad y los ritmos
El desarrollo de la microbiota durante los primeros 1000 días impulsa la maduración inmunitaria y la programación a largo plazo. Una microbiota que madura armoniosamente (nacimiento, lactancia, introducción de alimentos, uso limitado de medicamentos a menos que sea estrictamente necesario) se asocia con mejores resultados inmunitarios y ritmos potencialmente más estables.⁹
Rutinas: qué hacer (y qué evitar)
Objetivo: enviar señales coherentes al sistema circadiano y a la microbiota .
- Luz y oscuridad: luces tenues 60 a 90 minutos antes de la toma de la noche; evite las luces frías o azules durante las tomas nocturnas.² Son preferibles las luces rojas .
- Crononutrición de la leche extraída: si utiliza leche materna extraída, combine (en la medida de lo posible) la leche “nocturna” con las tomas nocturnas y la leche “diurna” con las tomas diurnas.¹¹
- Comidas predecibles: un horario relativamente regular favorece la microbiota y los relojes periféricos; evite los picoteos constantes por la noche.⁸
- Ambiente de sueño: consistente, rutina repetitiva (baño tibio, voz suave, piel con piel).
- Empatía hacia las madres (y los padres): los cólicos y las noches agitadas no son “culpa” de nadie ; la biología del sueño se construye con el tiempo.
- Nota sobre las fórmulas infantiles: Las fórmulas estándar no contienen melatonina endógena como la leche materna. Algunos estudios experimentales han intentado enriquecer las fórmulas con mezclas nutricionales o precursores (p. ej., triptófano ) y han observado efectos interesantes en los ritmos sueño-vigilia, pero estas intervenciones no reproducen la complejidad y la variabilidad natural de la leche materna.³²
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¿Y las gotas probióticas? ¿Qué papel pueden desempeñar?
Las gotas que contienen cepas documentadas en pediatría pueden ser una herramienta indirecta : no "adormecen al bebé" , sino que apoyan el ecosistema intestinal . Un intestino sano produce sustancias (AGCC) y regula la disponibilidad de triptófano y serotonina , que sustentan la síntesis de melatonina a nivel intestinal. De esta manera, los probióticos pueden contribuir indirectamente al correcto funcionamiento de los ritmos biológicos del niño, como lo confirman varios estudios científicos.⁴⁵⁸ (Consulte siempre con su pediatra, especialmente si el bebé es prematuro o tiene afecciones crónicas).
Preguntas frecuentes rápidas
¿Cuándo comienza la producción de melatonina en el recién nacido?
La secreción endógena de melatonina por la glándula pineal suele comenzar entre el segundo y el tercer mes de vida, un poco más tarde en los bebés prematuros. Mientras tanto, la leche materna es una señal externa importante.²¹⁴
¿Tiene sentido amamantar por la noche en la oscuridad?
Sí. El uso de luz tenue o roja durante la noche se alinea con el aumento natural de melatonina en la leche materna y ayuda a transmitir al bebé la señal biológica de “noche” .
¿La microbiota realmente sigue un ritmo?
Sí. Las bacterias intestinales y sus metabolitos (como los AGCC y los ácidos biliares ) muestran fluctuaciones diarias y se comunican bidireccionalmente con nuestros relojes biológicos.⁸
Referencias
- Italianer MF et al. Variación circadiana en la composición de la leche materna: una revisión sistemática. Nutrients. 2020;12(8):2328. PMID: 32759654.
- Häusler S et al. Melatonina en la leche materna humana y su posible papel en el ajuste circadiano: ¿Un guiño a la crononutrición? Nutrients. 2024. PMID: 38794660.
- Qin Y et al. Variaciones en los niveles de melatonina en la leche materna humana de bebés prematuros y a término durante el primer mes después del parto. Informes científicos. 2019;9:17984. PMID: 31784629.
- Reigstad CS et al. La microbiota intestinal promueve la producción de serotonina colónica mediante el efecto de los ácidos grasos de cadena corta en las células enterocromafines. FASEB J. 2015;29(4):1395–1403. PMID: 25550456.
- Rezzani R et al. Un enfoque en las células enterocromafines entre las células enteroendocrinas: localización, morfología y función. Int J Mol Sci. 2022;23(7):3758. PMID: 35409109.
- Bubenik GA. Treinta y cuatro años desde el descubrimiento de la melatonina gastrointestinal: ¿sigue siendo un misterio? J Physiol Pharmacol. 2008;59 Suppl 2:33–52. PMID: 18812627.
- Silva YP et al. El papel de los ácidos grasos de cadena corta de la microbiota intestinal en la comunicación intestino-cerebro. Front Endocrinol (Lausana). 2020;11:25. PMID: 32116519.
- Zimmermann P et al. Metabolismo microbiano de la melatonina en el intestino humano como diana terapéutica para la disbiosis y los trastornos del ritmo. npj Biofilms and Microbiomes. 2024;10:139. doi:10.1038/s41522-024-00605-6.
- Pantazi AC et al. Desarrollo de la microbiota intestinal en los primeros 1000 días después del nacimiento y posibles intervenciones. Nutrients. 2023;15(16):3647. PMID: 37630837.
- Caba-Flores MD et al. Leche materna y la importancia de la crononutrición. Front Nutr. 2022;9:867507. PMID: 35573335.
- Hahn-Holbrook J et al. Leche materna como crononutrición: implicaciones para la salud y el desarrollo infantil. Pediatr Res. 2019;85:936–942. PMID: 30872872.
- Biran V et al. Niveles de melatonina en bebés prematuros y a término y sus madres. Int J Mol Sci. 2019;20(9):2077. PMID: 31035622.